En septiembre de 2016 empecé a utilizar sistemáticamente el reto de las 40 piezas con mis alumnos. Si no sabéis en qué consiste y queréis saber más sobre este reto podéis leer el post al respecto que publiqué en su día. Comencé el desafío con el objetivo de hacer 30 piezas en este primer año ya que lo aconsejaban en varios blogs que consulté. Los finales de curso son un momento estupendo para evaluar los avances de nuestros alumnos y auto evaluar nuestro trabajo, aprender de las cosas que hemos hecho bien y mejorar las que no han ido tan bien, así que aquí van mis reflexiones acerca de la implantación de este reto por si os sirven de ayuda.
Análisis sobre mi primer año de implantación del reto de las 40 piezas.
-Al comienzo de curso tuve algunos problemas con la implantación del reto. Durante el primer trimestre con casi ningún alumno conseguí ir al ritmo de una pieza a la semana, prácticamente ni siquiera llegué a las diez por trimestre que era el mínimo que me había marcado al comienzo de curso. A lo largo del segundo trimestre ya era raro el alumno que no llegaba a las diez piezas y alguno ya iba a ritmo de 40, los alumnos y, sobre todo, yo nos íbamos acostumbrando a esta nueva manera de trabajar. El tercer trimestre fue un éxito total, y eso que fue el más corto de todos. Prácticamente todos iban a un ritmo superior del necesario, claro que con lo que nos costó arrancar el reto pocos consiguieron llegar a las 40 piezas. Sólo lo consiguieron los más pequeños, los de cursos más bajos. Pero el final de curso de los alumnos de nivel más avanzado ha sido espectacular y el año que viene promete ser todavía mejor.
-Problemas al elegir el repertorio: al no estar acostumbrado a hacer el reto, me faltaba conocimiento del repertorio adecuado y bien secuenciado para conseguirlo. Como he dicho antes, con los cursos de iniciación y primero tuve menos problemas, pero a partir de segundo curso encontré más dificultades. Hay que elegir piezas basadas en pocos patrones para que el alumno logre entenderlas y tocarlas a lo largo de una clase, a medida que los alumnos van interiorizando ciertos patrones cada vez se pueden usar piezas más variadas. Tengo pendiente hacer un post con una lista de obras orientativas para trabajar de manera secuenciada para conseguir el reto, pero eso será más adelante.
-Una vez superados estos problemas iniciales, los resultados han sido increíbles. Para empezar hablaré de la motivación. Los alumnos están deseando tocar, practicar piezas que pueden abarcar y comprender. Si salen de clase con la pieza aprendida, las posibilidades de que la practiquen y de que lo hagan de una manera productiva se incrementan totalmente. Si tienen que luchar con la lectura, con problemas técnicos o musicales muy por encima de su nivel durante su estudio en casa, en la mayoría de los casos los alumnos practicarán de manera incorrecta o no practicarán. Por otra parte, si acaban la clase convencidos de que pueden realizar la tarea sin dificultad y de que están preparados para ello se sentirán motivados para realizar la tarea.
-Aprendes a conocer perfectamente lo que un alumno sabe, no lo que te crees que sabe sino lo que un alumno realmente domina. Si en una clase no da tiempo a preparar una pieza o, al menos, a que el alumno la comprenda en su totalidad, será que la pieza elegida es demasiado difícil para él. Para conseguir el reto hay que ser plenamente conscientes de lo que el alumno tiene interiorizado, de qué conceptos tiene asimilados y cuáles no. Sólo así conseguirás realizar el reto con tus alumnos.
-El alumno focaliza su estudio en los aspectos que quieres trabajar muy fácilmente. Si quieres preparar una pieza en el transcurso de una clase, la pieza elegida no debe tener más de un elemento que no conozca el alumno (más adelante podrán ser más). Si tu objetivo es que trabaje el legato, por ejemplo, todo el resto de elementos de la pieza tanto rítmicos, como técnicos o de lectura, debe tenerlos asimilados previamente. Así centrará su atención en el problema específico que quieras trabajar con él, de esta manera su práctica en casa será más efectiva a la vez que estimulante.
-La lectura a primera vista mejora enormemente. Al estar cada semana leyendo una pieza nueva, los alumnos adquieren el hábito de enfrentarse a infinidad de patrones y escrituras pianísticas variadas y aprenderán a reconocerlas en otras piezas y en otras situaciones. Estarán más acostumbrados a usar todo el registro del piano, diferentes tonalidades y ritmos y aprenderán a identificarlos en la partitura con mucha mayor facilidad. Aprenderán a situarse en el teclado, a reconocer intervalos, acordes, arpegios, escalas, patrones melódicos o de acompañamiento con mayor naturalidad.
-Al principio de la implantación del reto las clases estaban demasiado centradas en el repertorio. Como ya he comentado antes, tenía problemas para preparar una pieza en el transcurso de una clase. Poco a poco, a medida que avanzaba el curso, cada vez conseguimos que las clases tuvieran hueco para muchas actividades más: primera vista, improvisación, transposición, técnica y otras actividades.
-Los alumnos aprenden a preparar nuevas piezas con gran facilidad a medida que van interiorizando conceptos. Mejoran su capacidad de memoria y de entendimiento de la música enormemente y eso les hace poder preparar nuevo repertorio a una velocidad cada vez mayor.
-Las clases dejan de ser las tradicionales que yo he recibido y que he observado durante toda la vida, me refiero a la clase tipo: el alumno toca y el profesor para y corrige y así sucesivamente. Con el alumno, en la mayoría de los casos, cometiendo una y otra vez los mismos errores y el profesor intentando corregirlos de la misma manera. Las clases son más positivas, el alumno toca piezas para las que está preparado tocar y el profesor no tiene que corregir apenas, sino guiar y acompañar el aprendizaje. El alumno no va a clase pensando que le van a corregir y cambiar todo lo que ha estudiado en casa.
-Y, por último, he dejado la mayor de las ventajas que he observado para el final. Al trabajar piezas para las que los alumnos están preparados hacemos mucha más música durante la clase y durante su tiempo de estudio en casa, que en el fondo es de lo que se trata.
Conclusión
Después de la experiencia de este curso y de todo lo que hemos aprendido y disfrutado tanto mis alumnos como yo, no os quepa duda de que seguiré llevando a cabo el reto de las 40 piezas. Y, por supuesto, seguiré hablando de ello en el blog. Durante este curso he notado un avance exponencial en los alumnos, así que el año que viene se presenta apasionante. Por cierto, he de confesar que yo me propuse también hacer el reto y estudiar 40 piezas y no lo he conseguido. Pero con lo que he aprendido este año seguro que ya puedo realizarlo sin problemas el curso que viene. Os iré informando.
Hola Juan,
Que interesante esta propuesta! Estoy deseando saber más e intentar aplicarlo. La verdad que sería muy interesente un nuevo post sobre las piezas que has utilizado, recomendaciones, libros…
Muchas gracias!
Hola Patricia,
muchas gracias por tu comentario.
Estoy preparando un post con el repertorio que he utilizado para hacer el reto. Espero publicarlo en un par de semanas.
Un saludo!
Juan