Esta primavera tengo previsto dar algunos cursos para profesores de piano, el primero de ellos es en el Conservatorio de Borriana (Castellón) el 27 de marzo (inscripción aquí). He pensado que sería una buena idea escribir un post sobre el contenido del curso con el objetivo de explicar brevemente los temas que trataré en él. Así, aquellos que estéis pensando apuntaros, podéis haceros una idea de lo os vais a encontrar. También espero que este post pueda servir para aquellos que no vayáis a realizar el curso ya que expondré resumidamente las bases de mi manera de entender la pedagogía. Empezaré el artículo analizando brevemente la situación de la enseñanza del piano actual y plantearé algunas propuestas para su mejora. El título del curso es: El Piano en Grado Elemental- Ideas para una nueva enseñanza.
La enseñanza tradicional del piano
La situación actual de la enseñanza del piano preocupa a muchos profesores, la tasa de abandono de los estudios musicales es muy elevada y los resultados obtenidos por los alumnos no son satisfactorios en muchos casos. La enseñanza tradicional del piano está basada casi exclusivamente en la interpretación de partituras, las clases se convierten en una serie de correcciones de lectura, de ritmo, de digitaciones, de fraseo y de conversaciones con los alumnos para mejorar sus hábitos de estudio.
El mayor problema que observo es el de la secuenciación del aprendizaje, un alumno pasa de tocar sus métodos de iniciación a tocar el libro de Ana Magdalena Bach y Burgmüller hasta llegar a Czerny y las Sonatinas, y se sigue este proceso independientemente de si el alumno está preparado para ello o no. A medida que avanzan los cursos, las piezas que interpreta el alumno van siendo cada vez más difíciles, el nivel de complejidad y dificultad de las mismas incrementa a una velocidad mucho mayor que la capacidad de comprensión lógica y auditiva del niño, llegando a un punto en que la diferencia se hace insalvable. Cuando llega esta situación aparece la frustración en la mayoría de los casos, tanto en el profesor como en el alumno, y con la frustración suele llegar la desmotivación y el abandono del piano. Muchos profesores ven el problema pero no encuentran solución o no saben cómo hacerlo con los rígidos planes de estudio de los conservatorios.
Espero, con este post y con los cursos, dar recursos para conseguir una enseñanza más activa, productiva y satisfactoria tanto para el alumno como para el profesor.
El curso de megustaelpiano
Como he comentado previamente, la secuenciación en el aprendizaje es fundamental. Para ello es imprescindible ser consciente de qué sabe y qué no sabe un alumno, tocar una pieza con un nivel interpretativo satisfactorio nos dice varias cosas sobre ese alumno, pero hay otras muchos aspectos que no se aprenden simplemente tocando las obras. Simplemente ir aumentando el nivel de dificultad de las obras no es una programación completa, en el curso veremos cómo formar a un alumno de una manera mucho más integral, sin descuidar ninguna de las facetas que deberá dominar un alumno al final del Grado Elemental (para mis lectores de fuera de España, el Grado Elemental de piano equivale más o menos hasta el quinto curso del ABRSM). Cuando un alumno avanza sin lagunas en su aprendizaje lo hace de una manera exponencial, cada nuevo concepto está basado en el anterior que tiene previamente asimilado perfectamente. Sólo así se consigue el verdadero aprendizaje de todos los alumnos. En esta búsqueda de una secuenciación aplicable a todas las materias que trabajo en clase de piano fueron fundamentales para mí las ideas del método Piano Safari y recientemente el MLT de Gordon (en esto último soy un principiante pero he encontrado en sus ideas una explicación lógica a todo lo que llevaba realizando en mi aula estos últimos años) . También en este proceso descubrí los planteamientos de Lowell Mason, ideas que plasmó en el año ¡1838! para la programación del Conservatorio de Boston. Lo que yo creía que era una nueva pedagogía estaba ya descubierta hacía casi dos siglos. Se trata de una serie de pautas fundamentales para que se dé el aprendizaje. He aquí la lista de Mason:
- Enseñar el sonido antes que el símbolo.
- Guía al alumno para que observe mediante la imitación y la escucha en vez de mediante una explicación.
- Enseña sólo una cosa a la vez, ritmo, melodía o expresión, para que el alumno pueda centrarse en una sola dificultad.
- Exige el dominio de un concepto antes de pasar al siguiente.
- Los principios teóricos van siempre después de la práctica.
Todas las actividades en mi aula y todo lo que veremos en el curso (lectura, repertorio, improvisación y comprensión musical) seguirán estos principios básicos. Durante demasiados años he roto sistemáticamente casi todas estas reglas en mis clases y todavía hoy me sorprendo cometiendo alguna infracción, pero por suerte cada vez menos. Así que, en resumidas cuentas, el curso consistirá en ir aplicando una secuenciación lógica en todas las actividades siguiendo estos principios. El alumno que aprende de esta manera estará siempre preparado para dar el siguiente paso y lo hará de una manera progresiva en donde no encontrará dificultades, «no hay nada difícil para el alumno preparado».
Nuevo repertorio
Desde mi página vengo defendiendo y dando a conocer desde hace tiempo las grandes ventajas de usar el nuevo repertorio de compositores de piezas pedagógicas para piano de la actualidad. Este nuevo repertorio, además de enganchar más con los alumnos de ahora, está mucho mejor estructurado y secuenciado que el repertorio clásico. No me entendáis mal, me encantan Bach, Schumann, Beethoven y demás, pero su obra, aún siendo maravillosa, no es muy pedagógica. Hay que tocar a los clásicos, pero no hay que basar exclusivamente toda la enseñanza en ellos, eran grandes compositores pero no estaban especializados en pedagogía. Si queréis saber más sobre nuevos compositores podéis ver mis artículos sobre W. Gillock, J. Linn o mi canal de Youtube con piezas recomendadas. También soy partidario de realizar muchas piezas a lo largo del curso y no sólo ceñirnos a las nueve piezas que se suelen hacer en los conservatorios, de esta manera el alumno está expuesto a más patrones, a diferentes ritmos, tonalidades y estilos variados. El reto de las 40 piezas de Elissa Milne fue muy importante al respecto para mí.
Aprendizaje por patrones
La música se aprende por la asimilación de patrones en un contexto, no aprendiendo notas aisladas. Cuantos más patrones rítmicos, melódicos y armónicos conozcan los alumnos más rico será su vocabulario musical y más rápidamente avanzarán con las obras nuevas. En mis clases uso mucho repertorio basado en patrones como las piezas de R. Vandall, K. Olson, P. Shefftel, J. Knerr, K. Fisher, P. Dreyer o las mías. También muchos compositores «clásicos» tienen piezas que se adaptan bien a este tipo de trabajo por patrones, las piezas de Burgmüller, Beyer, Bertini, Kabalevsky o Bartok entre muchos otros se prestan mucho a ello. Con los patrones se puede trabajar de diversas maneras, analizándolos, transportándolos a otros tonos, improvisando con ellos, trabajando su grafía, entre otras muchas otras actividades.
Aprendiendo con y sin partitura
Para aprender a leer la partitura primero hay que saber lo que estamos tocando. La combinación de piezas enseñadas sin la partitura y de piezas enseñadas con partitura es perfecta para este aprendizaje. No se aprende a leer luchando con la partitura, se aprende realizando lecturas para las que el alumno esté preparado. Cuanto menos uso la partitura en clase y más trabajo el oído y la comprensión musical mejor leen mis alumnos. Este es un tema polémico también, la partitura es fundamental y trabajo con ellas en todas las clases pero la lectura debe enseñarse aparte, debe tener su propia parcela dentro de la clase. Para ello encuentro que la mejor manera de aprender a leer es el enfoque interválico, si quieres saber más puedes leer mi post sobre el tema. Para más información sobre la enseñanza sin partitura podéis leer este otro post.
Improvisación
Los que sigáis mi blog ya sabéis la importancia que le doy a la improvisación, es una herramienta estupenda para trabajar patrones, para entender la música, para conocer el teclado y, cómo no, para trabajar la creatividad. Se puede improvisar sobre cualquier fragmento, desde una pieza de Mozart a un estudio de Czerny, y desde el primer momento. Si un alumno aprende una escala, o un tipo de acorde, o un ritmo determinado a través de la improvisación lo asimilará mucho mejor que con un ejercicio técnico de los que se realizan habitualmente y lo hará de una manera mucho más activa y entusiasta. Aquí os dejo el link al post sobre improvisación que escribí hace unos meses.
Conclusión
Este post es un resumen de mis ideas pedagógicas y de lo que podréis encontrar tanto en mi página como en los cursos que imparto. En estos cursos daré ideas sobre cómo organizar y secuenciar nuestro trabajo para que en una clase tengan lugar todas estas actividades y conseguir una formación integral del alumno. De esta manera acabarán el grado elemental siendo unos músicos muy completos y alcanzaremos el objetivo principal que es el de que la música forme parte de sus vidas, ya sea de manera profesional o como una afición maravillosa.
Hola Juan, maravilloso post y muy completo. Gracias por aportar tanta luz a la enseñanza pianística, sobre todo aquí en España. Yo tengo muchas dudas a la hora de secuenciar actividades y me siento a veces presionada por los planes de estudio de los conservatorios, pero tú me estás ayudando mucho a clarificarme. Cuando realices más cursos avisa. A ver si vienes más por Andalucía. Enhorabuena por tu magnífico trabajo!
Hola Mónica, muchas gracias! Efectivamente, la secuenciación es lo más importante y lo más difícil. En los cursos que voy a dar ahora hago mucho más hincapié en esto. Estoy en contacto con tres conservatorios de Andalucía interesados en el curso, si salen te aviso por si puedes venir. He cambiado totalmente la presentación del curso con respecto al de Baza así que lo podrías aprovechar mucho también. Saludos desde Madrid!
No es nuevo aprender por patrones. No lo ha inventado Gordon (él mismo decía que no había inventado nada, que había unido las formas de aprender de todos los sitios que pudo observar). Era el modo de hacer en el Barroco y Clasicismo. Mozart se presta muy bien a los patrones, ya te lo he propuesto otras veces, Juan, pero no te convenzo!! Se pueden sacar muchos, muchísimos patrones de sus minuetos y son perfectos para el enfoque rítmico, el melódico y armónico! La Escuela Rusa siempre ha hablado de escuchar y cantar primero y tocar después. El libro primero de la escuela rusa (el de toda la vida, el de los años ochenta y la tradición rusa ha prestado siempre atención a la expresión, el oído interior, el canto , la gran línea. No a la improvisación, es cierto) está pensado para aprender de oído y transportando las canciones. No para leer. No tiene la culpa de que los profesores lo enseñen de otra manera . La entrevista a Marisa también me ha gustado mucho. Felicidades. Un abrazo!
Gracias por escribir Begoña! Tienes razón, aprender por patrones no es nada nuevo, ni nada de lo que propongo en verdad. Cuando critico el método tradicional en realidad quiero decir la manera tradicional en la que se enseña, porque hay muchos métodos y escuelas que enseñan a través del oído o por patrones o improvisando y son estupendos, pero por desgracia no se enseña así por regla general en España. Y Mozart ya lo tengo más que incorporado gracias a ti ;). Hago patrones de todo! Un abrazo